Tecnología de irradiación aplicada a la industria
La tecnología de irradiación, o de ionización, es un método de sanitización y conservación que consiste en exponer los productos a tratar a una cantidad de energía controlada de radiación ionizante durante un tiempo determinado. Es un proceso físico que no utiliza altas temperaturas, no actúa por altas presiones, ni por contacto con sustancias químicas, lo que implica que sean mínimas o no existan posteriores alteraciones del producto irradiado. No requiere cuarentena posterior al tratamiento, puede aplicarse tanto en las materias primas como con el producto en su envase final y no afecta el medio ambiente ya que no se generan residuos en el proceso y no consume recursos naturales tales como el agua. Estas características la hacen una tecnología muy atractiva para la industria de procesos.
Para saber si la tecnología de irradiación es la más apropiada para un producto según sus características intrínsecas, siempre es necesario generar experiencias propias y crear conocimientos previos acerca de este antes de aplicarlo a un lote de producción.
La irradiación puede ser ventajosa para concebir nuevos desarrollos de productos que incluyan la tecnología en su línea del proceso.
Uruguay cuenta con un único equipo irradiador de rayos gamma que se encuentra ubicado en la Unidad de Irradiación del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU). Su capacidad está definida por el diseño del equipo y por la cantidad de energía que entrega. Las muestras a procesar se colocan en contenedores de aluminio de 20 cm de diámetro y 40 cm de alto y cuenta actualmente con una capacidad de procesamiento promedio de 250 m3 al año. La Unidad de Irradiación del LATU ofrece sus servicios y se ha posicionado como una alternativa de calidad para alimentos y otras matrices, ya que la aplicación de esta tecnología es variada, por ejemplo, hierbas medicinales, especialidades vegetales y medicamentos fitoterápicos.
En el área de alimentos se ha trabajado en la aplicación de este tratamiento en distintos productos para asegurar que estén libres de microorganismos que puedan afectar la salud de las personas. A modo de ejemplo, se logró que una preparación de ensalada de tomate, zanahoria, lechuga y cebolla, lista para consumir, permaneciera fresca y en perfectas condiciones microbiológicas durante más de 15 días, con valores de agrado general evaluado con consumidores, adecuados al tipo de producto al final de la vida útil. Además, se ha aplicado esta tecnología en la descontaminación de materias primas, con experiencia exitosas en diversos rubros como la industria frigorífica, queserías y rotiserías.
La tecnología también se ha desarrollado en la región para aplicarse en la radio esterilización de tejidos humanos para trasplantes, siendo el irradiador del LATU un prestador de servicios para la medicina humana.
En la industria de envases plásticos, se utiliza para producir envases estériles sin uso de altas temperaturas, lo que permite, por ejemplo, el desarrollo de nuevas formulaciones.
El espectro de uso de la tecnología es tan amplio que también se puede utilizar en la conservación y restauración de bienes culturales, tratándose con radiación ionizante materiales bibliográficos y de archivo que han estado en condiciones desfavorables de almacenamiento o que han sufrido inundaciones u otro tipo de afecciones.
Todas estas aplicaciones están patrocinadas por el Organismo Internacional de Energía Atómica y cuentan a nivel nacional con las autorizaciones correspondientes de la Autoridad Reguladora Nacional en Radioprotección, dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Minería, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y la Intendencia de Montevideo.
A nivel internacional tiene el respaldo de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), así como de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Desde el punto de vista sanitario, el servicio de esterilización por irradiación gamma para terceros cuenta para su uso en hierbas medicinales y especialidades vegetales con la habilitación del Ministerio de Salud Pública, a través del Departamento de Medicamentos y sus decretos reglamentarios. Asimismo, está certificado en buenas prácticas de fabricación a través de la Dirección General de la Salud para su aplicación en alimentos, dispositivos terapéuticos y especialidades vegetales, incluyendo cannabis, según lo establecido en el Reglamento técnico MERCOSUR de buenas prácticas de fabricación de productos médicos y productos para diagnóstico de uso in vitro, en el Reporte técnico de la Organización Mundial de la Salud, en el Reglamento Bromatológico Nacional y en el Codex Alimentarius.