El LATU a la vanguardia en clasificar la toxicidad de los productos y medir su impacto en el ambiente y el agua
Único laboratorio uruguayo acreditado bajo la norma ISO 17025 en realizar bioensayos con ciertos vertebrados, el LATU renovó con éxito el grupo genético de Pimephales promelas, una especie de pez que permite realizar estudios de toxicidad en agua. Este hito da continuidad y posiciona el trabajo que se realiza para clasificar la toxicidad de diversas sustancias, contribuyendo a medir su impacto en el ambiente y dar garantías para su utilización.
Dentro de la variedad de ensayos que pueden realizarse para conocer el estado del ambiente, existe un tipo que se utiliza cada vez más: los bioensayos. Estos son empleados con el fin de determinar la posible contaminación de un efluente o medir el impacto directo que causa un compuesto determinado en ciertos organismos y el ambiente.
El principal diferencial que ofrecen los bioensayos está en que habilitan a inferir la toxicidad previamente a que la sustancia sea liberada en el ambiente.
En el LATU, además de vertebrados, se realizan bioensayos utilizando lechuga, crustáceos y algas, entre otros.
Los bioensayos que realiza el Departamento de Calidad de Agua y Evaluación Ambiental son cruciales para monitorear distintas actividades productivas como por ejemplo la elaboración de celulosa o la fabricación de fitosanitarios, entre otros, ya que las empresas necesitan clasificar la toxicidad de sus productos en los efluentes vertidos o antes de su exportación, puesto que muchos países exigen informes técnicos al respecto como requisito para su comercialización.
En el caso particular de la especie de peces Pimephales promelas, se importan desde Estados Unidos y son reconocidos internacionalmente como marcadores ambientales utilizados para analizar los efectos que tienen algunos productos químicos en el agua.
Estos ensayos se encuentran a la vanguardia porque al renovar el grupo genético, su genética ya está completamente estudiada, lo que permite saber a qué sustancias son más sensibles y realizar comparaciones internacionales de los resultados de los bioensayos.
Además, esta especie es ideal debido a su alta tasa de reproducción, ya que produce grandes cantidades de huevos a la vez, los cuales proveen las larvas necesarias para la realización de los bioensayos.
El proceso de renovación del grupo genético fue una tarea compleja debido a que requirió la importación de los peces, un proceso logístico con muchas etapas y cuidados específicos durante el transporte y su llegada al laboratorio, además del cumplimiento de las regulaciones establecidas por la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA – MGAP).
Esta renovación asegura la continuidad de los bioensayos de toxicidad aguda (en cortos períodos de tiempo) y crónica (a largo plazo) bajo los estándares de calidad establecidos por las normativas internacionales EPA 821-R-02-012 y EPA 821-R-02-013, respectivamente.
La renovación del stock de peces Pimephales promelas garantiza que los ensayos mantengan el nivel del servicio y atiendan adecuadamente las exigencias de los clientes actuales y potenciales, incluidos organismos públicos de contralor y empresas industriales que necesitan cumplir con normativas ambientales internacionales.
Este nivel superior de complejidad marca la diferencia en el mercado nacional, y permite a las empresas ingresar al internacional.