La importancia de la innovación en la cadena láctea
El miércoles 5 de junio, la Torre de las Telecomunicaciones de Antel fue sede de la edición 2024 del Foro INALE, bajo el lema “Lechería en movimiento: innovación y sostenibilidad”.
Este evento, que anualmente reúne a más de 300 personas del sector lechero, se ha consolidado como un espacio de articulación e intercambio fundamental para toda la cadena láctea.
Latitud estuvo representada por su gerente técnico, Gustavo Domínguez, quien participó en el panel sobre “La importancia de la innovación en la cadena láctea”. En su discurso, Domínguez enfatizó la necesidad imperante de incorporar tecnología y prácticas sostenibles en el sector lácteo para garantizar su competitividad y sostenibilidad en un contexto global cada vez más exigente.
Innovación tecnológica en el sector lechero
“En los últimos 30 años hemos sido testigos de una disrupción tecnológica sin precedentes que ha transformado nuestras vidas y nuestras industrias. La digitalización, el Internet de las Cosas (IoT), el análisis de datos, la inteligencia artificial (IA) y los avances en metagenómica han cambiado la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos con el mundo,” expresó.
La digitalización y la utilización de inteligencia artificial, según Domínguez, abren un abanico de oportunidades para mejorar la eficiencia operativa en el sector.
Desde la monitorización en tiempo real de la salud del ganado hasta el uso de análisis de datos avanzados para optimizar la producción y reducir desperdicios, la tecnología se presenta como un factor clave para la transformación del sector.
La sostenibilidad otro pilar fundamental
En su participación Domínguez, hizo hincapié en la importancia de la sostenibilidad en el sector lácteo. En esta línea, apuntó a la necesidad de adoptar prácticas sostenibles y resilientes, incluyendo el uso de energías renovables, prácticas de agricultura regenerativa y la mejora en la eficiencia del uso del agua y la tierra.
“La innovación tecnológica debe ir de la mano con una respuesta efectiva a los desafíos del cambio climático. Necesitamos adoptar tecnologías que nos permitan reducir nuestra huella de carbono y mejorar la eficiencia en el uso de recursos,” opinó.
La importancia de la colaboración
Otro de los aspectos subrayados en su presentación fue la importancia de fomentar una cultura de innovación en el sector lácteo, donde cada miembro de la comunidad esté comprometido con la mejora continua y la adaptación a nuevas realidades.
En esta línea, destacó el papel vital de la Red Tecnológica Láctea (RTL) como un espacio para la interacción y el intercambio de conocimientos entre los actores del sector.
Al cierre de su presentación, se enumeraron las áreas clave en las que Latitud ha venido trabajando para contribuir con innovación y sostenibilidad en el sector lácteo.
Estas actividades incluyen la evaluación nutricional de productos, el desarrollo de metodologías analíticas, la incorporación de tecnologías como la metagenómica para evaluar microorganismos en sistemas productivos, y la colaboración con la industria para realizar pruebas y evaluaciones de cambio de condiciones de operación, así como la valorización de subproductos y alternativas de manejo de efluentes industriales junto a las Pymes del sector, entre otras acciones.
Nuevos horizontes para el sector
En cuanto a los desafíos futuros, Domínguez subrayó la necesidad de trabajar a nivel de toda la cadena para lograr una optimización global.
“La reducción de emisiones es una tendencia mundial y es imperativo abordar este aspecto a nivel de la cadena productiva para mantener la calificación en los mercados internacionales”, afirmó.
Desde su punto de vista, las tendencias globales de salud y bienestar exigen esfuerzos tanto a nivel de producto como de sistema de producción para cumplir con todos los estándares requeridos.
En esta línea hizo una mención especial, a la biodiversidad que se está convirtiendo en un nuevo requerimiento del mercado.
Finalmente, aludió a la necesidad de esfuerzos conjuntos en materia de cambio climático y la variabilidad climática que obligan a explorar alternativas colaborativas que permitan una gestión efectiva frente a eventualidades.